“Pero qué cosa…”, una expresión muy propia de Fabriciano
Mirando desde la ruta el borde verde bermejo del monte, lo dice Fabriciano. Significa sorpresa, o tozudez, o admiración o estado reflexivo;

Arte y hombre permanecen
Es una muletilla que no es tal porque en el fondo, sintetiza la curiosidad del artista y del niño y del filósofo, que conviven en él.
“Pero qué cosa”, se me viene a la mente cuando observo las piezas que están frente a mí en la muestra de la exposición del Norte Grande. Son tres obras de Fabriciano Gómez: tres períodos de su genio y tres materiales diferentes: madera, metal y mármol. Inevitable detenerse en la escultura datada 1969, de sus primeras épocas y perteneciente a una colección privada. Una rara avis.