Entre sus argumentos, la camarista, señala: “la conexión ideológica que es propia de esta modalidad delictiva, se advierte con claridad y permite fundamentar los motivos referidos, excluyendo cualquier otro. Es decir, Peralta llevó adelante este hecho con el propósito de ocultar el delito que había cometido con anterioridad, y para lograr la impunidad del mismo; por eso mata”.

“Entendemos importante realizar ciertas consideraciones relacionadas a las cuestiones de género, ya que es sumamente relevante que se comprenda que en éste, y en todos los casos, se juzga y resuelve bajo esta perspectiva. Del mismo modo, es importante entender por qué este caso no queda comprendido como un hecho de violencia de género, aunque sí configura una de las formas más graves de homicidios previstas en el código penal”, añadió la camarista.

El hecho

El 23 de noviembre de 2.018, alrededor de las 20.36, Peralta convino con Cáceres encontrarse en la plaza ubicada en avenida Chaco y Soldado Aguilera. Una vez allí la trasladó en bicicleta hasta inmediaciones de avenida Nicaragua y Arribálzaga donde le dio muerte con el fin de ocultar el abuso sexual a la que la sometió el 18 de noviembre.